¿PUEDO MEDIR LA SALUD POR LOS SINTOMAS?

22/06/2022

La mayoría de las personas se encuentran en una posición ambigua, a medio camino entre la enfermedad y la salud, en un lugar en el que no sienten el mismo entusiasmo por la vida que tal vez hubieran tenido años atrás, y quizás les resulte difícil tomar decisiones saludables que repercutan positivamente en su estilo de vida a diario.

Como adultos ocupados que somos, suele resultarnos difícil dar prioridad a nuestra salud, pero una ausencia de síntomas no significa ausencia de estrés. Nuestras vidas pueden ser tan caóticas que ignoramos los mensajes sutiles (síntomas) que nuestro cuerpo nos ofrece, diciéndonos que es necesario el cambio. Quizás sintamos algo de dolor o incomodidad, que camuflamos con medicación solo para postergar el tener que encontrar mecanismos eficaces para soportarlo.

Es importante que apreciemos que no todos los síntomas son malos. Cuando te sientes fatigada o exhausta y te pilla una gripe, los dolores generalizados y los dolores de cabeza y sienes, son síntomas útiles que te animan a bajar el ritmo y descansar. Lo mismo ocurre con la intoxicación alimentaria: los síntomas de vómitos y diarrea eliminan indeseados patógenos del cuerpo. Son la mente y el cuerpo comunicándose a la perfección.

Pregúntate lo siguiente: si una persona que siente dolor toma una pastilla y el dolor se va, ¿significa ello vuelva a estar sana?

En contra de lo que dice el marketing popular, ¡los dolores de cabeza no los causa la ausencia de Panadol en el cuerpo! Ni se crea el dolor de espalda debido a una deficiencia de antiinflamatorios. Cuando nuestro cuerpo experimenta síntomas, necesitamos considerar las causas. ¿Has oído alguna vez hablar de alguien que parecía estar sano y que ha tenido un ataque al corazón? Las apariencias pueden engañar. Rasca un poco la superficie y encontrarás la evidencia de que el cuerpo, aún sin síntomas externos,  no siempre es capaz de adaptarse con éxito a su entorno. El hecho de que una persona no tenga síntomas agudos no significa que su cuerpo este funcionando bien, mucho menos que lo esté haciendo a su máxima capacidad.

La salud no puede medirse únicamente por cómo nos sentimos, sino más bien por la habilidad de nuestro cuerpo de soportar los factores agobiantes a los que se enfrenta diario.

 Estos mismos principios son aplicables a las personitas esenciales de nuestra vida: la salud de nuestros hijos se rige por los mismos factores, y por ello la prevención y el mantenimiento de un sistema nervioso en plenas funciones es esencial. La salud de tu hijo es tu mayor dote.

Referencia: Bebés bien ajustados, Dra Jennifer Barham-Floreani

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