Las hernias discales

11/07/2023

En ocasiones, en procesos de dolor de espalda, hay detrás un posible diagnóstico de hernia discal. ¿Pero sabes realmente qué es y cómo se puede tratar?

La hernia discal afecta al 20% de la población española. Se produce cuando el disco, al ser comprimido entre dos vértebras, sale de su localización y presiona la raíz nerviosa o la médula espinal, produciendo lesiones neurológicas. 

Todo sobre las hernias discales

El disco intervertebral es una estructura de fibrocartílago que se asienta entre las superficies articulares de dos cuerpos vertebrales vecinos. Se compone de dos partes:

  1. El anillo fibroso es la estructura periférica compuesta por láminas fibrocartilaginosas que se insertan en los cuerpos vertebrales.
  2. El núcleo pulposo es la estructura central que forma una masa gelatinosa, transparente, de gran elasticidad y unida al anillo fibroso. Se coloca hacia la parte trasera del disco.

Básicamente, es una parte líquida dentro de unas fibras más rígidas. Está hecho para tener un efecto amortiguador. 

Las hernias discales pueden existir a cualquier nivel de la columna, pero lo más a menudo se encuentran en la parte baja de la espalda (las lumbares) o en el cuello (las cervicales).

Cuando la hernia discal afecta a los discos de las lumbares, los síntomas más comunes son el dolor de espalda, lumbalgia, ciática, pérdida de fuerza, hormigueo en las piernas…

Si la hernia discal afecta a un disco cervical, los síntomas que pueden aparecer son dolores de cuello, de cabeza, mareos, zumbidos, pérdida de fuerza, hormigueo en manos…

Posibles causas 

La deshidratación del disco se debe a una presión o compresión repetida. El disco funciona básicamente como una esponja: Si lo comprimes, el agua (la hidratación) se desplaza hacia fuera.

Puede ocurrir por varias razones como: la falta de hidratación de nuestro cuerpo, el sobrepeso, impactos repetitivos como con la conducción de máquinas a motor o correr, una vida sedentaria, las malas posturas, esfuerzos, trabajo repetitivo, un traumatismo, accidente de coche, caídas fuertes, rectificación de la curva cervical, algunos factores genéticos, el tabaco etc.… 

La presión continua a largo plazo disminuye la aportación de oxígeno en los tejidos del disco y favorece su degeneración. En muchos casos, las hernias discales acompañan el envejecimiento de nuestro cuerpo. 

Síntomas

Los síntomas de una hernia discal varían mucho dependiendo del nivel en la columna vertebral en el que se encuentra, de la dirección en la cual presiona, y también de su tamaño. Hay también hernias discales que no provocan ningún tipo de síntoma. 

Lo que debes saber, sobre todo, es que la compresión de un nervio, a cualquier nivel, afecta no solamente esta zona local, sino que también crea una interferencia de comunicación entre tu cerebro y tu cuerpo. Esta interferencia impide que las informaciones neurológicas puedan circular correctamente hasta los órganos, tejidos, y células que se sitúan por debajo de este nervio.  

Los nervios que salen de la zona lumbar se dirigen hacia las piernas y hasta los pies y envían información a los órganos reproductivos. Por eso, una compresión neurológica lumbar debido a una hernia puede bajar hasta los pies o también disminuir la función de estos órganos. Muy a menudo, la presión causa una pérdida de sensibilidad y una pérdida de fuerza en las piernas. Los hormigueos son un síntoma también muy común. 

Los nervios que salen de la zona cervical bajan hacia los brazos hasta las manos y envían información a todo el cráneo, cuello, órganos de la garganta y de la boca. Una compresión al nivel cervical puede afectar la cabeza, a diversas áreas sensoriales, la lengua, la garganta, y también bajar hasta las manos. Y del mismo modo que ocurre con las lumbares, una hernia presionando los nervios cervicales va a producir una pérdida de sensación u hormigueos y una pérdida de fuerza en los brazos/manos. 

Tamaño de la hernia

Abombamiento

Es el primer nivel de una hernia discal. La presión sobre el disco crea un abombamiento. Eso es una señal que el disco intervertebral está sufriendo debido a la presión. Puede molestar, si está cerca de la salida de un nervio. Al estar tocando el nervio, puede provocar síntomas como dolor, tensión, irritación etc.

Protrusión

La protrusión se produce cuando las fibras comienzan a deformarse. Al debilitarse, el núcleo pulposo las deforma y las empuja produciendo una deformación de la estructura del disco. Si no lo cuidamos, seguirá degenerando, convirtiéndose seguramente en hernia discal, provocando mayor dolor, reducción de la movilidad e incluso pudiendo llegar a provocar un problema radicular o problema del nervio por causa de un atrapamiento.

Hernia discal

En la hernia ya encontramos una rotura del disco. Esto implica que parte de su contenido, ocupando todavía un espacio mayor, puede comprimir algunas estructuras. 

Si la rotura de las fibras de la zona externa del disco es mayor, se puede producir la expulsión de una parte del núcleo.

En el caso de hernia lumbar, podrá aparecer dolor desencadenado por la rotura de la cobertura fibrosa y por la contractura refleja de la musculatura a ese nivel. También puede aparecer dolor irradiado que se extiende por el glúteo, muslo, pantorrilla y pie. Es lo que llamamos ciática.

Tratamiento

La gravedad de una hernia discal depende de las consecuencias que ésta genere, y está relacionado con cómo y cuánto comprime la raíz nerviosa en el nivel vertebral donde está. Si una hernia no comprime ninguna estructura, es posible que no duela y no sea grave. Al contrario, si una hernia comprime otra estructura, como por ejemplo la raíz nerviosa, entonces es muy probable la aparición de dolor de intensidad variable. La gravedad aumentará dependiendo del grado de compresión.

 Cuando la sustancia del interior del disco sale de su lugar, el cuerpo intenta arreglar ese problema con un mecanismo inflamatorio que favorece la regeneración del tejido.

Si la cantidad herniada no es muy grande, el cuerpo en muchas ocasiones es capaz de ir reabsorbiéndolo. 

La Quiropráctica como tratamiento de la hernia discal

La quiropráctica tiene por objetivo descomprimir la columna vertebral, liberar los nervios que pueden estar comprimidos para primero aliviar los síntomas y, segundo, asegurarse que toda la información neurológica enviada por el cerebro llega bien a cada estructura, órgano y célula. La descompresión de la columna mejora la movilidad y permite al disco que sufre reabsorberse.

Los ajustes mejoran la salud de la columna vertebral de una manera natural, segura, sin el uso de cirugía o fármacos y, por tanto, libre de riesgos o efectos secundarios.

Otra ventaja es que, al tratar el problema vertebral, toda la columna vertebral se encuentra más equilibrada. Por consiguiente, el sistema nervioso funciona mejor, lo cual repercute favorablemente sobre todo el organismo y la salud.

En casos de hernias discales graves, sin esas correcciones, probablemente el único remedio a largo plazo es la cirugía. Sin embargo, siempre debería ser el último recurso, ya que toda operación quirúrgica tiene riesgos. Siempre se estará a tiempo de operar, pero hay que tener en cuenta que la operación es irreversible: una vez operado, no hay vuelta atrás. Hay cada vez más médicos que opinan que estas operaciones deberían reservarse solo después del fracaso de otras terapias.

Para ampliar esta información puedes solicitar una sesión de consulta con el área de quiropráctica de Blue Zone Wellness.

*Imagen: Pixabay

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